domingo, 26 de abril de 2009

una semana

hace ya una semana q no consigo sentarme a escribir, aqui el cansancio es una constante en nuestro quehacer diario, acostarnos tarde y levantarnos muy temprano; visita a proyectos a lo largo del día q te quedan la cabeza llena de sensaciones contradictorias q tardas en hacerlas digerir, así q cuando llega la noche y encuentras ese ratito de silencio para poder pensar, los pensamientos son pesados, son cargas de plomo q se te caen a los pies, q se hunden en la tierra y tú torpemente intentas desenterrar pero no tienes las uñas suficientes para arañar a la tierra y a la vida para quedarte con esos trozos de realidad q se han ido acumulando a lo largo del día. Al principio lo intentas pero terminas desistiendo, abdicando lleno de extraños arañazos q tardan en cicatrizar, terminas por bajar la cabeza y plantarte ante el intento de que el hierro se funda con la tierra y florezca. Pero aun así el estiercol que hemos barrido en estos días hacia nosotros hace q poco a poco cada semillita negra y sin vida, se abra paso ante la sequedad y comience a estallar de vida, en forma de señales, de pequeñas hojas verdes donde aun caben las gotas de rocío de la voluntad, de las ganas por cambiar todo, por cambiarte todo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me alegro de que regreses con ganas de cambiarlo todo. y es que ahora más que nunca es necesitamos de esas ganas. Besitosss de GPS